Castillo de los Moros

Entre los barrancos del Pilón y la Busierra, al pie de la ermita del Salvador, se encuentran las ruinas del castillo de Falces, una de las fortalezas más antiguas de Navarra.

Su historia parece remontarse al siglo VIII. No obstante, la primera referencia escrita sobre el castillo data del siglo IX; en un relato del escritor Ibn al Athuir, ante los avances del emir Muhammad I en el año 860 en el reino de Pamplona, contra García Iñiguez, se menciona como Falhasan. Entre los años 714 y 850 Falces fue plaza musulmana, por lo que el mencionado avance supuso de nuevo su ocupación hasta el año 914.

Posteriormente, debido a su situación estratégica y fronteriza en la Ribera Alta, la localidad quedó como tenencia cristiana frente a los musulmanes que controlaron las tierras situadas al sur del Ebro hasta principios del siglo XII, instalando los reyes navarros en el castillo su cuartel-palacio.

En 1380, tras la primera invasión de los castellanos, el castillo fue fortificado; en 1512 sufrió una nueva remodelación; y se mantuvo vigente hasta el siglo XVI, hasta tras la incorporación de Navarra a Castilla. Comenzó a partir de entonces su decadencia. En el siglo XVIII, ante el peligro de derrumbe, se llevó a cabo un derribo parcial; en el siglo XIX solo quedaba en pie la primitiva torre que coronaba el cerro; actualmente es muestra de un castillo roquero con cuevas y galerías.