Al igual que la etapa 1, la segunda etapa del Corredor Verde sigue un recorrido lineal por la orilla izquierda del río, compartido con el Camino Natural del Ebro.
El trazado comienza en Milagro recorriendo la Zona de Especial Conservación “Tramos bajos del Aragón y del Arga”. Poco después de pasar por la desembocadura del río Aragón en el Ebro, el recorrido entra en el término de Alfaro (La Rioja), donde se debe seguir la señalización del Camino Natural hasta retornar a Navarra. En ese tramo es posible desviarse hasta Cadreita, localidad con numerosos servicios, por un recorrido de 3,5 km no señalizado.
De nuevo en Navarra, es posible continuar hacia Tudela por la margen izquierda del Ebro siguiendo la etapa 3 del Corredor Ver de. Otra opción es acceder a Castejón, final de la etapa 2, atravesando el río Ebro por el puente de la carretera N-113, en una discontinuidad de la señalización del Corredor Verde. Desde Castejón, el recorrido continúa hasta Tudela por la margen derecha del Ebro pasando por el Soto de los Tetones.
Ficha técnica
Este tramo prácticamente llano, aunque algo exigente por su longitud, conecta Castejón y Tudela en un recorrido que forma un bucle por ambas orillas del río Ebro, combinando caminos naturales, paisaje fluvial y pueblos con historia.
Por la margen derecha, el itinerario discurre junto al Soto de los Tetones, enlazando con un tramo del Camino Jacobeo-Ignaciano. También atraviesa la zona de La Mejana, un mosaico de huertas y sotos. En su tramo final, el camino cruza el Puente del Ebro y se dirige directamente hacia Tudela.
La ruta por la margen izquierda arranca frente a Castejón, junto al Soto Alto, y se interna en una zona de amplios meandros del Ebro. Aquí se encuentran los Sotos de Murillo de Lima, y existen desvíos hacia Arguedas (3,5 km) y Valtierra (1,6 km, por ruta BTT). Tras un área de descanso tematizada en torno al cultivo del arroz, el sendero retoma el curso del río en paralelo a la carretera hasta Tudela.
Todo el recorrido se asienta sobre terrenos aluviales formados durante los últimos miles de años por un proceso natural de acumulación de sedimentos en zonas bajas del valle, un proceso intensificado por la actividad humana en siglos recientes. En estas áreas planas, el río disminuye su velocidad y deposita arenas y limos, especialmente en las caras internas (cóncavas) de los meandros. A medida que el cauce erosiona las orillas externas (convexas) y acumula sedimentos en las internas, los meandros migran lentamente, dando lugar a sotos fértiles que albergan una vegetación exuberante y una gran biodiversidad.